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Miradas Cercanas: Fito Conesa

22/05/2017

Miradas cercanas es un ciclo organizado en colaboración con la asociación cultural "Fragmentos Suspendidos" que pretende dar a conocerla obra de jóvenes creadores murcianos a través de conferencias en las que los propios creadores explican su trabajo. Se trata de un formato que busca establecer un diálogo con el público y que –a la vez- sirve para que los artistas participantes reflexionen sobre estas líneas y sus proyectos.

Conferencia: Pienso luego insisto. Una aproximación a u sus referentes y sus excusas

En un pasado no tan lejano, a Fito Conesa se le habría ponderado por su condición de rara avis. A las puertas de su nueva exposición monográfica, sin embargo, este heterodoxo intérprete de lo cotidiano destaca como cabeza de un pelotón de artistas cuyos parámetros éticos y estéticos responden a una coyuntura sociocultural única e intransferible. Un aquí y ahora, un zeitgeist, donde los límites entre lo culto y lo popular, lo singular y lo global, se diluyen definitivamente en un océano de narrativas horizontales y fragmentarias. Pero Fito es, de algún modo, un artista irrepetible y único: alguien tan capaz de detectar en el pasado las raíces de un presente distópico como de dibujar un futuro esperanzador a partir del sonido o de su transcripción gráfica en forma de partituras, torrenciales en intención y en deseo. 

 

Así es Fito Conesa, un funambulista de la imagen y el sonido que construye a partir de la mezcla de lenguajes, sensaciones y códigos. Un artista que se dedica a buscar aquellas cosas que pasan desapercibidas a la vista, microgestos o situaciones sin relevancia, para proyectar historias que van calando lentamente, pequeños rompecabezas que amplifican todas las vibraciones que habitualmente no sentimos a causa de su insignificancia o su escaso volumen. Y él las saca a la luz a propósito y exprimiendo todo el potencial del sonido, como si quisiera convencernos de que escuchando los ruidos se puede comprender mejor adónde nos arrastra la locura de los hombres y qué esperanzas son aún posibles. Vídeos, instalaciones proyectivas, conjuntos de pentagramas, partituras, transcripciones fonográficas a partir de una imagen… Nada esencial ocurre sin que esté presente el “hecho” musical. 

 

Con una década de trayectoria a sus espaldas, el artífice de “Waiting time / Wasting Time”  ha ido puliendo su discurso sin abandonar el objetivo final de toda su producción artística: provocar emociones en el espectador, iluminando, de paso, el mapa inabarcable de los sentimientos. Los suyos y los nuestros. Porque para Fito el arte es un proceso de búsqueda abierto a la indagación introspectiva, un laberinto lleno de misterios y secretos, de juegos al azar, de aciertos y de mentiras… que nos afectan a todos por igual. Tal vez por eso sea tan poderosa la sensación de complicidad que a uno le invade cuando se aproxima a cualquiera de sus obras, con independencia del formato que haya escogido.

 

 

Su trabajo es, al final, reflexivo y con frecuencia propone un territorio poético donde el espectador es obligado a volver los ojos hacia los detalles más delicados y los acontecimientos que se extinguen rápido. Pero el suyo también es un arte de carencia y deseo. Buscamos todo cuanto nos falta, todo aquello que la realidad no satisface y que, sin embargo, una vez hallado nos induce al temor a perderlo o al horror de haberlo encontrado. Esta cadencia entre ausencia y deseo aparece en muchos de los trabajos de Fito Conesa, formidables ejercicios de sutileza que nos atraen porque en ellos exploramos miedos humanos -a la muerte, a la separación, al recuerdo- pero también porque sugieren cuanto está ausente en nuestro día a día.